¿Qué relación tiene el cambio climático y la edificación? ¿Qué soluciones puede aportar el sector de la edificación para bajar la huella de carbono en edificios? ¿Cuál es el presente y el futuro de los edificios sostenibles?
Recientemente, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha relacionado, inequívocamente en su sexto informe, el cambio climático con la actividad del ser humano. Los expertos afirman que, desde 1750, la emisión de concentraciones de gases de efecto invernadero ha crecido hasta un punto muy preocupante. Seguir en esta línea exponencial es grave. Puede que, en un futuro no muy lejano, la supervivencia de muchas especies en el planeta (incluida la especie humana) resulte imposible.
Los edificios sostenibles son una solución para reducir la relación entre el cambio climático y la edificación
El sector de la construcción tiene parte de responsabilidad en esta situación. Según los datos aportados por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en 2020, la industria de la construcción concentra el 38% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía. Si no se plantean soluciones, “el calentamiento global de 1,5º e incluso de 2º se sobrepasará durante el siglo XXI”. Los edificios sostenibles, pues, se presentan como solución ante la creciente problemática de emisión de gases de efecto invernadero derivados de la industria de la construcción.
Los proyectos de obra que no se realizan bajo criterios de la arquitectura sostenible utilizan materiales con un alto impacto en todas sus fases: extracción, transporte, manipulación, puesta en obra, funcionamiento y desecho. Estos materiales, además, suelen ser materiales industrialmente procesados y con altos niveles de toxicidad, radiactividad y falta de transpiración, entre otras particularidades nocivas para la salud de las personas y, por supuesto, del medioambiente. Además, estos edificios tampoco se trabajan desde la perspectiva de la bioclimatización para garantizar la eficiencia energética.
Como se puede observar, nos encontramos ante una especie de círculo vicioso, cuya problemática reside en lo estructural: hay que cambiar radicalmente (de raíz) la forma de pensar la construcción y apostar por la sostenibilidad desde la base.
La bioconstrucción como paradigma para reducir la huella de carbono en edificios
En este sentido, la bioconstrucción se erige como el ideal arquitectónico para conciliar la salud de las personas y del medioambiente. La bioconstrucción aúna conceptos de la arquitectura sostenible y bioclimática, prestando mucha importancia a los materiales empleados; y se concibe, por supuesto, desde la economía circular. Aplicar la bioconstrucción resulta más factible en proyectos de obra nueva por poder diseñar edificios sostenibles desde cero. Pero también es posible aplicar la bioconstrucción en la rehabilitación de las edificaciones y, así, bajar la huella de carbono de los edificios ya existentes.
Respecto a la eficiencia energética de los edificios, es importante destacar la importancia que tienen los edificios nZEB o “de consumo casi nulo”. Este tipo de edificios consumen y emiten muy poca energía, por lo que resultan la solución perfecta para reducir el impacto que la edificación tiene en el cambio climático.
Resulta evidente, por lo tanto, que el desarrollo de edificios sostenibles es ya un paso urgente y necesario para frenar el cambio climático. El sector está en plena transformación y debe contar con profesionales expertos en materia de sostenibilidad aplicada a la arquitectura. Si quieres profundizar tus conocimientos en arquitectura sostenible y bioclimática, echa un vistazo a nuestro Máster en Diseño Sostenible y Arquitectura Bioclimática. Obtendrás las herramientas necesarias para aplicar los criterios de los diseños sostenibles en tus proyectos y serás capaz de proyectar edificios nZEB. Consulta más información aquí.
